Más de 140 años educando
en la
Fe - Vida - Ciencia


Visión
El Instituto Tierra Santa aspira a continuar su crecimiento como Comunidad Educativa Cristiana (CEC ), fraterna en comunión y participación, integrada por los educandos y sus familias, por directivos, docentes, administrativos, auxiliares, profesionales especializados, catequistas y los frailes franciscanos de los Santos Lugares.

Misión
Conducir e inspirar la formación intelectual y espiritual de nuestros educandos en las virtudes de la Fe, de la Esperanza y de la Caridad, desarrollando sus aptitudes, iluminándolos en el obrar del Santo de Asís, con Paz y Bien. Su objetivo fundamental es, pues, lograr la Educación integral del Educando.
Trabajo en nuestras instalaciones
Dentro del Instituto Tierra Santa continuamos trabajando día a día por la mejora de nuestras instalaciones; Instalaciones que son cruciales, y tienen un profundo impacto, dentro del proceso educativo de nuestros alumnos.





Historia
Siguiendo el ejemplo de San Francisco de Asís, los hermanos de la cuerda, como eran conocidos los franciscanos, y tratando de vivir el evangelio de Nuestro Señor Jesucristo han, logrado construir la historia cristiana en Tierra Santa, recuperando poco a poco, y con gran esfuerzo los lugares Santos y cuidando las comunidades que vivieron y viven allí durante ocho siglos.
Llevar adelante esta labor misionera, incluyó que los frailes que llegaron a la Argentina sintieran la necesidad de dar un paso más dentro de su actividad como padres colectores, y crearon un lugar para brindar educación a los hijos de las familias del barrio de Almagro.
Así comienza la historia de nuestro colegio, cuyo hito fundamental se instituye en 1878 con la llegada de Fray Luis Rossi Desideri, que es quien termina la construcción iniciada por las Damas de la merced presidida por la señora Trinidad Cernadas de Lacroce, quienes donan el inmueble con la condición de hacer un convento y un colegio.
En 1890 el Padre Pedro Angelisanti, inaugura el colegio estableciendo su entrada por la calle La Piedad 1529, hoy Bartolomé Mitre 3443. Esta sería la primera puerta que, desde aquel momento, abrió paso a tantas generaciones. De estar conformada por tres aulas y una dirección, el colegio Tierra Santa no dejó de crecer en cantidad de alumnado y en edificación, destacándose la obra del padre Romualdo Mancini, siendo hoy un espacio totalmente diseñado, equipado y renovado.
Desde sus comienzos el Instituto Tierra Santa ha tenido como objetivo fundamental lograr la educación integral de la persona, protagonista del proceso educativo, desarrollando aptitudes, inspiradas en los valores franciscanos como el amor a la vida y a la verdad, la Fraternidad y la solidaridad, el cuidado de nuestra hermana tierra, la Paz, la Libertad, el Sentido de Justicia, la Responsabilidad y la Alegría. Fomentando siempre el servicio a los demás. Educando “con la palabra sencilla y el corazón generoso” en el respeto por la persona, el diálogo y encuentro, la familiaridad y la relación con las diferentes culturas, valorando la riqueza de lo diverso.
La propuesta Educativa, hace un aporte a la construcción del conocimiento y a la ciudadanía contribuyendo a la formación de una sociedad más justa y humana, asumiendo los desafíos de estos tiempos.
Nivel Inicial y Primario, ambos con jornada completa, Nivel Secundario con las modalidades de Bachillerato en Economía y Administración y Bachillerato en Comunicación completan la obra que permitió a la comunidad crecer culturalmente y obtener herramientas para el mundo del trabajo.
Más de 130 años de experiencia vivida, de esfuerzos, de sueños compartidos, de memoria agradecida a quienes dejaron su huella. El Instituto Tierra Santa, perteneciente a la Custodia de Tierra Santa de la Orden Franciscana, aspira continuar su crecimiento como Comunidad Educativa, fraterna en comunión y participación, integrada por los alumnos, sus familias, directivos, docentes, administrativos, auxiliares, exalumnos y frailes franciscanos colectores, para poder sembrar buenas raíces en el corazón nuevo de los chicos y progresar en el conocimiento de la verdad como fieles discípulos evangélicos, como proponía San Francisco, bajo el lema de Paz y Bien.